domingo, 28 de diciembre de 2014

Hoy toca "michelinear", en el puente de la Constitución estuve en el Restaurante Choco. Luce una estrella Michelín desde hace cuatro años. Ubicación: Calle Compositor Serrano Lucena 14, Córdoba, en el popular barrio de la Fuensanta. Destaca y mucho el emplazamiento, al no ser una zona histórica, ni turística. Esto transmite muchas cosas positivas de Kisko García, chef del establecimiento. Es toda una declaración de intenciones.




Restaurante Choco es un local más que consolidado. La decoración es moderna y cómoda. He de destacar que la distancia con otras mesas es la suficiente para no sentirte invadido, ni escuchar las conversaciones de los vecinos, además de resultar muy práctico para el personal de sala a la hora de servir. Hacía tiempo que no iba a un restaurante de este estilo, y no salí defraudado. El local dispone de dos salones, separados por la recepción. 

Comida: Elegimos el menú viejo antiguo(el de la foto). Os cuelgo varias imágenes de las propuestas que más me gustaron:


                                               





Bebidas: Tienen una bodega fabulosa, aunque únicamente tomé agua con gas, luego había que conducir hasta Espejo y el alcohol no es un buen compañero de viaje. No os puedo relacionar qué vinos tienen, no llegué a leer la carta, lo siento. 

Servicio: Fabuloso, siendo unos fantásticos profesionales, huyen de lo ampuloso, algo muy propio en este tipo de restaurantes. Te hacen sentir cómodo, te explican los platos y todo con una amplia y sincera sonrisa en la cara. 

Recomendación: Tomarte el aperitivo en el bar Choco, sí, justo el que está al lado y con el que comparten cocina. El inicio de todo. Por supuesto, reservar mesa es aconsejable. Estaba lleno cuando fuimos.

Precio: Muy ajustado teniendo en cuenta donde estás comiendo. Cuenta final euros 136.4 euros.

Buon appetito.

martes, 2 de diciembre de 2014

MAMARRACHA, ATREVIMIENTO

¡Comanda!. Hoy he estado en un local relativamente nuevo, abrieron a mediados de abril de este año. Mamarracha está ubicado en: Calle Hernando Colón 1-3, en Sevilla capital, al lado del Ayuntamiento. 




Mamarracha es un bar de tapas muy atrevido, de los que están surgiendo poco a poco en nuestras ciudades. Ofrece una carta evocadora, es una mezcla/fusión entre lo tradicional y lo novedoso. En cuanto a la disposición, tiene una barra no especialmente grand, pero donde puedes degustar sus platos, o bien esperar mientras te tomas algo. El salón no es especialmente grande, las mesas tampoco lo son, aunque la sensación de agobio no te llega a invadir en ningún momento. Disponen de un saloncito lateral para una reunión algo más privada. La decoración es sobria y elegante, destaca sobre todo un jardín vertical que impregna toda la sala de un colorido fabuloso. Es gratificante ver como hay gente que se arriesga e innova en una ciudad tan inmovilista como Sevilla en el ámbito gastronómico. Enhorabuena por ellos. Por cierto, también forma parte del mismo grupo el bar Ovejas Negras que dista a unos veinte metros, al que iré en breve.



Comida: Pedimos un par de entradas y dos platos. Las entradas consistieron en ensaladilla rusa y un tiradito de atún. El aceite macerado con romero le daba a la ensaladilla un toque maravilloso, el tiradito estaba acompañado de unas judias verdes y pimientos rojos que combinaban realmente bien. Los segundos fueron remolacha con queso de cabra y fresas y pollo campero al ladrillo, con batata asada de guarnición. Todo estaba excepcional.



     





Bebidas: Nos tomamos dos cervezas y un par de aguas con gas.

Servicio: Muy cordial, te hacen sentir muy cómodos. Además saben lo que ofrecen y es aconsejable dejarse guiar por ellos. Para variar trabaja la pareja de una conocida mía, un gran profesional de la hostelería. Mención especial se merece la jefa de sala, chapeau por ella.

Recomendación: Ir temprano para coger una mesa, pero sobre todo ir.

Precio: Para lo que ofrece el precio está ajustado. Cuenta final 29.50 euros.

Buon appetito.