Comida: hay poca variedad, no hay cocina, pero puedes tomar embutidos (recomendable la cecina: TREMENDA). Existe la posibilidad de que te calienten las latas que tú elijas, o bien tomar uno de los fabulosos montaditos, uno de los mejores el de chorizo picante con queso roquefort. Para llorar.
Servicio: Os atenderán un par de camareros (hombre y mujer), son muy agradables y atentos, pero a la vez son muy serios, como buenos taberneros, correctos, amigables, pero no "graciosillos".
Recomendaciones: Al medio día puedes encontrar problemas de espacio, pero es parte de la gracia. Así que a ir temprano.
Precio: No es especialmente barato. Claro que los productos son de mucha calidad. Tres tapas y un par de bebidas se te van a los 12 euros y con tres tapas no has comido, pero sales satisfecho. Aunque merece la pena ir sólo por ver el local, el ambiente y sobre todo por las sardinas ahumadas.
Buon Appetito.